Las cookies nos ayudan a ofrecer una mejor experiencia de usuario. Al utilizar nuestro sitio, usted acepta el uso de cookies.

Este municipio pertenece a las Sierras Subbéticas, al sur de la provincia, limitando con las provincias de Granada y Málaga.

Su término municipal está formado por extensos y ondulados campos de olivares y serrerías. Forma parte del Parque Natural de la Sierra Subbética, que presenta un relieve de abruptas laderas calizas y valles poblados de encinas y álamos blancos en las riberas de los ríos.

El pueblo, situado en una colina que domina el gran embalse de Iznájar sobre el Genil, es un núcleo de calles estrechas y sinuosas y casas blancas inclinadas que parecen colgar sobre el agua, creando una impresión de gran belleza y tipismo.

El Castillo, situado en lo alto, es el elemento perfecto para completar el singular conjunto. Los árabes llamaban a la población Hins Ashar (castillo de piedra), lo que puede darnos una pista sobre su fundación en torno al siglo VIII (se considera fundador a Fald ben Salama). Durante la Edad Media, al ser frontera entre el reino de Granada y los cristianos de los alrededores, alternó manos.

En el siglo XII, según Al-Idrisi, contaba con una gran población y un concurrido mercado.

La villa fue tomada por última vez por las tropas cristianas en 1431, durante el reinado de Juan II.

Tras la lucha dinástica entre Enrique IV y el infante Alfonso en 1466, la villa pasó a manos de Diego Fernández de Córdoba, señor de Baena y conde de Cabra, al igual que las villas de Rute y Zambra.

En el siglo XIX, Iznájar fue cuna de la más importante base de apoyo a la insurrección con el albéitar de Loja, Rafael Pérez del Álamo (en otras fuentes Pérez del Llano), iniciándose así un gran levantamiento popular, el primero de los que Díaz del Moral denominó «socialismo indígena».